Consejos para Evitar el Picor de Piel en Verano

El sol, el sudor o la arena de la playa puede provocar que tu piel se irrite con mayor facilidad en verano. Este no es solo problema de niños o personas con piel sensible, todos podemos sufrir una irritación cutánea en la época estival.

Toma nota de los consejos que te damos en este post para evitar el picor de piel y disfrutar al máximo de los últimos días de verano.

Causas de la irritación en la piel

Con el calor, la dermis se irrita más debido a numerosos factores que lo desencadenan. Esta irritación puede ir acompañada de piel enrojecida, incluso algún sarpullido, inflamación, picor y sequedad.

La piel atópica, el abuso de los geles hidroalcohólicos, reacciones alérgicas a alimentos, a medicamentos o a tejidos son algunas causas que hacen que la piel pique más, pero no son los únicos factores que provocan que el picor en la piel en verano se agrave. A todos ellos se añaden los siguientes:

Exposición prolongada al sol: como todos sabemos, el sol reseca mucho la piel, además de provocar quemaduras que pueden ser mucho más graves que el propio picor.
Barrera cutánea debilitada: cuando la piel está seca, la barrera cutánea es más sensible a agresiones químicas (suavizantes de ropa, geles de baño, etc.) o físicas (roces, cambios de temperatura).
Sudoración: el exceso de sudoración propio del verano o los cambios bruscos de temperatura, muy habituales cuando pasamos de espacios interiores con aire acondicionado a zonas al aire libre pueden provocar picores. Asimismo, el sudor y la humedad del bañador, acompañados del roce al caminar o practicar deporte es una de las causas más habituales de irritación en verano, tanto en adultos como en niños.
Estrés: en vacaciones pueden darse situaciones estresantes que desencadenen episodios de picor en personas que tienen una cierta predisposición.
Vasodilatación: también las personas que son tendentes a ponerse rojas con el sol suelen sufrir más picores en su piel, debido al aumento de temperatura relacionado con el incremento del flujo vascular.
Picaduras de insecto o contacto con medusas: durante el verano tienen mayor incidencia este tipo de picaduras porque solemos ir más ligeros de ropa, hay mayor proliferación de estos insectos en los meses cálidos, y, además, frecuentamos lugares habitados por ellos (campos, jardines, entorno de zonas de agua, etc.).

Consejos para reducir el picor en la piel en verano

Estos son algunos de los consejos que debes seguir si quieres evitar o al menos reducir la sensación de picor por todo tu cuerpo:

Limita las exposiciones al sol y evita tomar el sol en las horas centrales del día. mediodía. Recuerda usar siempre protector solar.
Date una ducha breve con agua fresca: la ducha después de tomar el sol debería ser con agua fría o templada para reactivar la circulación y eliminar los restos de sal, arena y cloro, factores que pueden irritar la piel. Ten en cuenta que el agua caliente deshidrata la piel y, por tanto, potencia su descamación y acorta la vida del bronceado. Otro consejo es utilizar un gel o aceite limpiador sin sulfatos. Extiéndelo con la mano y aclárate con agua fresquita.
Utiliza jabones neutros: para evitar el picor de la piel es importante hacer uso de jabones neutros, que no contengan productos perfumados en su composición y que estén testados en pieles sensibles.
Aplícate crema hidratante o aftersun: al salir de la ducha, hidrata tu piel y proporciónale un alivio inmediato que se prolongará durante horas.
Evita la ropa húmeda: cámbiate de bañador por uno seco cuando ya no te vayas a bañar más y utiliza ropa transpirable y holgada para hacer deporte, que no se ciña a la piel con el sudor.
No te rasques: aunque al principio nos sentimos aliviados, al rascarnos favorecemos la liberación de más mediadores inflamatorios que hacen que cada vez el picor sea más intenso, por lo que la dermis sufrirá más y el riesgo de lesionarla será mayor.
Duerme en una habitación fresca: el exceso de sudoración agrava el picor en pieles irritadas o de fácil irritación, así que es fundamental conseguir un ambiente fresco en la habitación para dormir y descansar bien.
Sigue una alimentación sana y equilibrada: con buen consumo de verduras y agua (como mínimo dos litros al día) para favorecer al buen funcionamiento del organismo y, por tanto, de la piel. Hay que incluir en la dieta alimentos que protegen la piel en verano, que no irritantes ni picantes, ricos en vitaminas A, B y C, antioxidantes y betacaroteno.