Polidipsia o sed excesiva

Polidipsia o sed excesiva ¿A qué puede deberse?

¿Sientes que necesitas beber agua constantemente, incluso después de varios vasos? Tener sed es normal, pero cuando se convierte en polidipsia o sed excesiva, podría ser una señal de que algo no está funcionando bien en tu cuerpo.

Esta sensación puede deberse a algo tan simple como haber comido alimentos muy salados o haber hecho ejercicio, pero si persiste sin una razón clara, es importante prestar atención. En este artículo, exploramos sus posibles causas, cuándo deberías preocuparte y qué hacer al respecto.

¿Qué es la polidipsia?

La polidipsia o sed excesiva es la necesidad constante de beber agua, incluso cuando el cuerpo ya está bien hidratado. Es normal sentir sed después de hacer ejercicio, comer alimentos salados o estar en un ambiente caluroso, pero si la sensación persiste sin una razón clara, podría estar relacionada con un problema de salud.

Esta condición no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma de que algo más puede estar ocurriendo en el organismo. Por eso, es importante conocer sus causas y saber cuándo es necesario acudir al médico.

Síntomas de la polidipsia o sed excesiva

La polidipsia o sed excesiva no se trata solo de tener ganas de beber agua más seguido. Cuando es un síntoma de otra condición, suele venir acompañada de otros signos que pueden ayudar a identificar la causa.

Algunos síntomas que pueden aparecer junto con la polidipsia son:

  • Sensación constante de boca seca
  • Aumento en la frecuencia de la orina (poliuria)
  • Fatiga o debilidad
  • Mareos o dolores de cabeza
  • Náuseas o cambios en el apetito

Si la sed excesiva persiste durante varios días y notas otros síntomas, puede ser un buen momento para consultar con un médico.

Posibles causas de la polidipsia o sed excesiva

La polidipsia o sed excesiva puede tener muchas causas. En algunos casos, simplemente es una respuesta del cuerpo a la deshidratación, pero otras veces puede estar relacionada con enfermedades como la diabetes o ciertos desequilibrios en el organismo.

A continuación, repasamos algunas de las razones más comunes por las que puedes sentir una sed inusual y persistente.

Deshidratación

La deshidratación es una de las causas más comunes de polidipsia o sed excesiva. Ocurre cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que recibe, haciendo que el cerebro envíe señales para beber más agua.

Esto puede pasar por diversas razones, como mala actuación ante una ola de calor, sudoración excesiva, vómitos, diarrea o simplemente no tomar suficiente líquido a lo largo del día. Además de la sed intensa, otros síntomas de deshidratación incluyen boca seca, fatiga, mareos y orina de color oscuro.

En la mayoría de los casos, beber agua suficiente y reponer electrolitos ayuda a solucionar el problema, pero si la deshidratación es severa, puede ser necesario acudir al médico.

Diabetes mellitus

La diabetes mellitus ocurre cuando los niveles de azúcar en la sangre están demasiado altos, lo que hace que el cuerpo intente eliminar el exceso de glucosa a través de la orina.

Al orinar más de lo normal, el cuerpo pierde líquidos y envía señales de sed constante para intentar rehidratarse. Este síntoma suele ir acompañado de otros como fatiga, visión borrosa, aumento del hambre y pérdida de peso sin razón aparente.

Diabetes insípida

La diabetes insípida es un trastorno poco común que causa una necesidad excesiva de beber líquidos y orinar con mucha frecuencia. A diferencia de la diabetes mellitus, no está relacionada con los niveles de azúcar en la sangre, sino con un problema en la regulación de los líquidos en el cuerpo.

Esta condición ocurre cuando los riñones no pueden retener suficiente agua debido a un fallo en la hormona antidiurética (ADH). Como resultado, la persona siente una sed intensa todo el tiempo, incluso después de haber bebido agua.

Si la sed excesiva viene acompañada de una necesidad constante de orinar, es importante acudir al médico.

Anemia

La anemia ocurre cuando el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos o hemoglobina para llevar oxígeno a los tejidos. Aunque suele asociarse con síntomas como fatiga, debilidad y palidez, en algunos casos también puede causar polidipsia o sed excesiva.

Esto sucede porque el cuerpo trata de compensar la falta de oxígeno aumentando la cantidad de líquidos en el torrente sanguíneo, lo que puede generar una sensación constante de sed. Además, algunas formas de anemia, como la causada por sangrados abundantes, pueden provocar deshidratación y contribuir a este síntoma.

Hipercalcemia

El exceso de calcio en la sangre, conocido como hipercalcemia, puede alterar el equilibrio de líquidos en el cuerpo y hacer que sientas polidipsia o sed excesiva. Esto ocurre porque los riñones trabajan más para eliminar el calcio sobrante, lo que aumenta la producción de orina y provoca deshidratación.

Además de la sed intensa, la hipercalcemia puede causar fatiga, debilidad muscular, náuseas, estreñimiento e incluso confusión. Sus causas varían, desde problemas en las glándulas paratiroides hasta un consumo elevado de suplementos de calcio y vitamina D.

Si notas estos síntomas junto con una sed persistente, lo mejor es acudir al médico para realizar un análisis de sangre.

Trastornos psiquiátricos

Algunas condiciones de salud mental pueden estar relacionadas con la polidipsia o sed excesiva. En ciertos casos, las personas con trastornos como la esquizofrenia o el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) pueden desarrollar un impulso incontrolable de beber agua, lo que se conoce como polidipsia psicógena.

Este comportamiento puede llevar a un consumo excesivo de líquidos, afectando el equilibrio de sales en el cuerpo y provocando síntomas como náuseas, debilidad o confusión. En situaciones extremas, puede causar un problema llamado intoxicación por agua, que es peligroso para la salud.

Si la sed excesiva parece estar ligada a ansiedad, estrés o patrones de comportamiento repetitivos, es recomendable buscar orientación médica o psicológica para un diagnóstico adecuado.

¿Cuándo preocuparse por la sed excesiva?

La polidipsia o sed excesiva no siempre es un motivo de alarma, pero en algunos casos puede ser un indicio de un problema subyacente. Desde AFEMEFA, te recomendamos acudir al médico si la sed excesiva se presenta junto con:

  • Boca seca persistente, incluso después de beber agua.
  • Orina en exceso o muy escasa, lo que indica un posible problema renal o metabólico.
  • Fatiga constante, sin una causa aparente.
  • Pérdida o aumento de peso repentino, sin cambios en la alimentación.
  • Náuseas o malestar general, sin relación con la comida.
  • Mareos o visión borrosa, que pueden estar relacionados con desbalances en el organismo.

Si notas alguno de estos síntomas de manera frecuente,  echa un vistazo a nuestro cuadro médico y encuentra el profesional que mejor se ajuste a tus necesidades.

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