¿Cómo puedo evitar la deshidratación en verano?
Con la llegada del verano y de las altas temperaturas nuestro cuerpo necesita más agua para mantenerse hidratado y así, evitar los síntomas que la falta de líquido acarrea. En este post os contamos cuáles son esos síntomas y os damos algunos consejos para que disfrutéis del verano fuera de peligro.
¿Qué es la deshidratación?
La deshidratación es la falta de agua en nuestro cuerpo. Generalmente se produce por un desequilibrio entre la pérdida y el aporte de líquido y sales minerales que le damos a nuestro cuerpo.
Este desequilibro que se produce al eliminar más agua de la que se ingiere, puede darse por varias razones, pero las más comunes son la pérdida de líquidos por realizar actividades físicas de manera muy intensa, las altas temperaturas o alguna enfermedad que tenga como síntomas diarreas o vómitos.
Un adulto suele perder diariamente entre 2 y 3 litros de agua al día, y aún más si se trata de un día caluroso. Esta pérdida no solo se da cuando la actividad física es muy intensa, sino que también cuando el nivel de actividad es mucho menor. Por esta razón conviene hidratarse de manera continua ya que de nada sirve beber mucha agua un día y el resto reducir la cantidad, debido a que el cuerpo no “almacena” esa cantidad de líquido.
Señales de la deshidratación
La primera señal de la deshidratación es la sed. Cuando nuestro cuerpo nos advierte de que necesita beber es que ya existe cierto grado de deshidratación, por lo que tomar agua de manera continua durante el día es una de las mejores formas evitar de la deshidratación. Otras de las señales de la falta de agua en el cuerpo que podemos percibir durante el verano son:
- Sequedad en la boca
- Temperatura corporal alta
- Exceso de sudoración
- Sensación de calor sofocante
- Piel seca
- Agotamiento y debilidad
- Mareos
- Cefaleas
- Estado de confusión
- Desorientación
Grupos de riesgo
Hay ciertos grupos que, en función de la edad, son más vulnerables que otros y por lo tanto, deben prestar más atención a la cantidad de agua que ingieren diariamente:
- Ancianos. Con la edad se deterioran mecanismos de termorregulación que producen una disminución de la sensación de sed, por lo que es más complicado beber agua de manera continuada.
- Niños. Al contrario que los ancianos, los más pequeños de la casa no tienen completamente desarrollado su instinto, por lo que suelen beber menos agua de la que necesitan.
- La fiebre, los vómitos, las diarreas o los sudores hacen que estas personas pierdan más agua.
- Debido al sudor se pierde una cantidad excesiva de agua.
- Mujeres embarazadas y en periodo de lactancia. La producción de leche del cuerpo hace que las mujeres necesiten beber más cantidad de agua.
¿Cómo evitar la deshidratación?
Para evitar la deshidratación y los síntomas que provoca, os dejamos algunos consejos:
- Beber agua de forma continua, sin esperar a tener sed. También puedes tomar zumos de fruta que te ayudarán a recuperar vitaminas.
- Añade en tu dieta alimentos ricos en agua, como la sandía, el melocotón, el melón, etc…
- Reduce la cantidad de bebidas con cafeína o muy azucaradas, al igual que el consumo de alcohol, ya que favorecen la deshidratación.
- Evitar las salidas y la actividad física en las horas centrales del día, entre las 12 y las 16 horas. Si lo haces, busca la sombra y usa ropa ligera que no dé mucho calor.
Si percibes alguno de los síntomas de la deshidratación que hemos mencionado, aumenta la cantidad de agua y además visita a un médico para descartar cualquier otra enfermedad. En AFEMEFA contamos con los mejores profesionales a los que puedes acudir siempre que lo necesites.