Causas de la falta de apetito en ancianos

CAUSAS DE LA FALTA DE APETITO EN ANCIANOS: LA HIPOREXIA

El aumento de la esperanza de vida en las últimas décadas ha venido acompañado del crecimiento en el número de personas que padecen enfermedades propias de la tercera edad. Una de ellas es la hiporexia o falta de apetito, un trastorno que en España afecta a más del 50% de los ancianos, especialmente a los que han superado la barrera de los 80 años.

Falta de apetito en ancianos: ¿Por qué se produce?

En la aparición de la hiporexia suelen intervenir varios factores:

  • Hasta cierto punto, es normal que los ancianos coman menos, ya que sus necesidades físicas son menores.
  • Enfermedades que afectan al aparato digestivo, como algunos tipos de cáncer (colon, páncreas), la hepatitis y otros trastornos digestivos. Además, otras enfermedades propias de la edad, como la demencia o la insuficiencia cardiaca, también pueden afectar.
  • El consumo de algunos fármacos, como la morfina o la codeína.
  • El aislamiento social. La soledad, la muerte de algún ser querido, el ingreso en un hospital o en una residencia, son factores que pueden provocar un aislamiento social de las personas de la tercera edad, que puede influir en la aparición de hiporexia.
  • Depresión. Bajo la falta de apetito de un anciano muchas veces se esconde una depresión o algún tipo de problema psiquiátrico que es necesario tratar.

¿Qué podemos hacer para evitar la desnutrición?

Una persona con hiporexia corre el riesgo de sufrir pérdida de peso y desnutrición. Esta consecuencia adquiere mayor gravedad si cabe si tenemos en cuenta que muchas de estas personas tienen que convivir normalmente con alguna otra enfermedad, por lo que necesitan estar bien nutridas para facilitar su recuperación. Para evitar que las personas con hiporexia sufran desnutrición debemos seguir las siguientes pautas:

  • Ofrecerles cantidades pequeñas, pero aumentar el número de comidas diarias. Lo ideal es que estas personas coman raciones pequeñas durante 5 o 6 veces al día. Así evitaremos que se sacien rápidamente y lograremos que en la siguiente comida tengan más apetito.
  • Los alimentos deben ser fácilmente masticables y no deben estar muy calientes, pues cuanta más alta sea la temperatura mayor será la sensación de saciedad.
  • Enriquecer los platos con ingredientes como el huevo, los quesitos, los caldos o la leche en polvo. Con esto conseguiremos aumentar el valor energético del menú sin que aumente la cantidad que se ingiere.
  • Presentar los platos de manera atractiva y evitar ser repetitivos con la dieta. Es importante tratar de motivar a las personas con hiporexia y evitar que aborrezcan los menús que les preparamos.
  • Dejarles tiempo para que coman y evitar que lo hagan solos.
  • Darles de comer si tienen apetito, aunque se salgan del horario establecido para las comidas.

 

Además de tener en cuenta todos estos consejos, es necesario acudir al especialista si detectamos que nuestros mayores comienzan a perder el apetito o bajar de peso sin una causa aparente. Es necesario señalar que la hiporexia no siempre es fácil de detectar en personas ancianas, puesto que se suele considerar normal que con la edad vayamos comiendo menos de lo que solíamos hacer.