cambiar el cepillo de dientes

¿CADA CUÁNTO TIEMPO HAY QUE CAMBIAR EL CEPILLO DE DIENTES?

Aunque mantengamos la buena costumbre de cepillarnos los dientes después de cada comida, es posible que nuestra salud bucodental no sea la más adecuada. Esto puede deberse simplemente a que nuestro cepillo de dientes está deteriorado o contiene bacterias que pasan a nuestra boca sin que nos demos cuenta. Para evitar que esto ocurra, es importante que conozcamos cada cuánto tiempo hay que cambiar el cepillo de dientes.

Lo primero que hay que saber es que las cerdas de los cepillos están hechas con fibras de nailon, un material resistente y flexible que tiende a secarse con rapidez para dificultar que las bacterias lo contaminen. Sin embargo, a medida que lo vamos usando, las cerdas se desgastan y se debilitan, lo que puede terminar derivando en alguno de estos efectos:

  • Al tener las cerdas desgastadas, el cepillo pierde su eficacia y, por tanto, se reducen los beneficios del cepillado.
  • A medida que se van desgastando, las cerdas también se van torciendo, lo que puede llegar a provocar que nuestras encías se inflamen y sangren.
  • Por último, la probabilidad de que el cepillo cultive hongos, bacterias y gérmenes se multiplica con el paso del tiempo.

Por todo ello, los dentistas recomiendan cambiar el cepillo dental cada 3 o 4 meses, aunque a simple vista nos parezca que está como nuevo. Asimismo, también es necesario sustituirlo después de haber sufrido una gripe, un resfriado o alguna infección en la boca o la garganta. De lo contrario, los gérmenes se pueden quedar adheridos en el cepillo y provocar una nueva infección.

Consejos para el cuidado del cepillo de dientes

Además de renovarlo de manera trimestral, debemos seguir una serie de consejos que nos permitan mantener nuestro cepillo en las mejores condiciones posibles:

  • Asegúrate de que después de su uso queda completamente seco. Para ello, deberás sacudirlo con fuerza bajo el chorro de agua y colocarlo en posición vertical para que se ventile.
  • Evita que entre en contacto con otros cepillos. Por muy romántico que sea compartir el vaso en el que guardas el cepillo con tu pareja, esto puede provocar que los hongos y bacterias se transmitan de uno a otro.
  • No tapes el cepillo con el capuchón. Ese capuchón sirve para proteger el cepillo durante un viaje, pero su uso diario aumenta la humedad y favorece la proliferación de bacterias.
  • No coloques el cepillo cerca del váter. Las bacterias que hay en el retrete pueden contaminar el cepillo, así que hay que evitar que esté cerca de él. Si no es posible, se recomienda tirar de la cadena con la tapa bajada.

Aunque parezca que carece de importancia, el buen estado de nuestro cepillo es clave para mantener una buena salud bucodental. Por eso, no dudes en seguir nuestros consejos y, si quieres disponer de la mejor atención en el cuidado de boca, infórmate de las ventajas de contratar el seguro dental de AFEMFA.