mitos sobre el VIH

4 MITOS SOBRE EL VIH QUE NO SON CIERTOS

El próximo 1 de diciembre se celebra el Día Mundial del SIDA, una enfermedad que ha acabado con la vida de más de 39 millones de personas y que, todavía hoy, está muy estigmatizada por la sociedad. El desconocimiento del virus por parte de una mayoría de la población provoca que se hayan extendido numerosos mitos sobre el VIH que no son ciertos y que es necesario aclarar.

¿Qué es el VIH?

El denominado Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es un microorganismo que ataca a nuestro sistema inmunológico, debilitándolo y provocando que seamos más vulnerables ante determinadas infecciones. No existen síntomas específicos del virus, así que la única forma de confirmar la infección es a través de la prueba de detección del VIH en una muestra de sangre.

El VIH provoca una enfermedad que conocemos como SIDA (Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida) y que se caracteriza por un bajo nivel de defensas y la aparición de infecciones oportunistas contra las que el organismo infectado es incapaz de protegerse. Esto no quiere decir que las personas que sean VIH positivas tengan SIDA, ya que en la actualidad existen tratamientos adecuados para evitar que dichas personas desarrollen la enfermedad.

Mitos sobre el VIH

Existen muchos mitos falsos sobre el virus, la mayoría de ellos relacionados con la transmisión del mismo. Los más comunes son:

  • Se transmite a través del sudor o la saliva: la transmisión del virus se realiza a través de determinados fluidos corporales, como la sangre, el semen, el flujo vaginal y la leche materna. Sin embargo, esto no ocurre con otros fluidos como el sudor, las lágrimas o la saliva, por lo que no hay que tener miedo de dar un apretón de manos o incluso un beso a una persona con VIH.
  • Se puede transmitir al compartir el baño o la ducha: el virus es incapaz de sobrevivir fuera del huésped vivo, así que no existe ningún riesgo de contagio al compartir la ducha o el inodoro. Solo se puede transmitir a través del contacto sexual sin protección, por medio de transfusiones de sangre (en países subdesarrollados), si se comparten jeringuillas infectadas, o durante el embarazo, el parto o la lactancia.
  • Se puede transmitir a través de transfusiones de sangre: como acabamos de comentar, ésta puede ser una forma de transmisión, pero solo en países con sistemas sanitarios deficientes. En países desarrollados hace más de dos décadas que no se han dado casos de transmisión del VIH por esta vía, ya que existe un estricto control que lo impide.
  • Las picaduras de insectos pueden transmitir el virus: los insectos no pueden transmitir el VIH porque su estómago digiere el virus. Además, los insectos chupan sangre, pero lo que inyectan a la persona que pican es saliva.

Estos mitos, por tanto, son totalmente falsos. Actualmente, las personas infectadas con VIH pueden hacer una vida completamente normal, aunque lógicamente deben tomar mayores precauciones si cabe en sus relaciones sexuales. Asimismo, las madres que estén infectadas deben evitar ejercer la lactancia, aunque estén bajo tratamiento antirretroviral. Durante el parto, el riesgo de contagio se puede reducir si se opta por la cesárea como alternativa al parto natural.