La lucha contra la pesadilla

La lucha contra la pesadilla

Con motivo del 100º aniversario de Seguros Afemefa difundiremos un artículo histórico semanal, publicado en la revista oficial de la Asociación Ferroviaria Médico-Farmacéutica, para rememorar nuestros inicios con todos vosotros.

Esta semana os dejamos un artículo escrito por el doctor César Juarros y publicado en la revista VIDA FERROVIARIA, en noviembre de 1932, en una sección mensual dedicada a consejos de salud.

En esta ocasión, el doctor explica qué se debe hacer si se tienen pesadillas por las noches.

La lucha contra la pesadilla

Abundan las personas de dormir sobresaltado, que al despertar hácenlo rendidas, fatigadas, como si hubiesen pasado la noche en vela.

Casi todas son víctimas de angustiosas pesadillas. La estela dura todo el día entero. Los sueños son horribles. Escenas trágicas, asesinatos, matanzas, incendios, fieras. Naufragios. En no pocos tiene la escena matices eróticos. Que repugnan, acobardan y ofenden a la propia estimación. Algunos de estos enfermos deciden curarse por propia cuenta. En unos casos recurren a hipnóticos fuertes, que acaban creando hábitos de muy difícil desarraigo.

En otros, alguien les habla de neurastenia, a específicos de cuarta plana, que tragelan, contumaces, sin eficacia alguna.

Lo que no suelen hacer es contestarse a estas preguntas:

– ¿Es indigesta mi cena?

– ¿Tengo la digestión pesada?

– ¿Me acuesto antes de haberla terminado?

Y, sin embargo, aquí está la clave. El secreto de la solución.

Evitar las cenas copiosas y tardías

Una cena frugal, cuanto más, mejor, y no acostarse hasta tres horas después de haberla terminado, basta, gran cantidad de veces, para alejar la tortura de las pesadillas.

La higiene alimenticia representa la piedra angular de la salud.

Hasta tal extremo que los terrores nocturnos, de íntimo parentesco casi siempre con la epilepsia, suelen ceder con sólo adoptar dieta adecuada a las condiciones individuales.

Personas hay que, alardeando de morales y cuidadosas de su salud, suelen responder, si se las pregunta por su género de vida:

– ¡Ceno de nueve a nueve y media, y a las diez, a la cama! ¡Soy hombre de buenas costumbres! No trasnocho. ¡Hay que cuidarse!

A esta clase de enfermos pertenecen una proporción considerable de hemorrágicos cerebrales, que habiéndose acostado tan buenos y tan sanos, amanecen hemipléjicos o muertos. Las cenas copiosas, mal digeridas, causan muchos más estragos de lo que el optimismo profano puede imaginarse.

Las pesadillas y sus efectos en la salud

Las pesadillas no limitan sus daños a las molestias del sueño, sino que resuenan intensamente sobre el mecanismo entero de la ideación, engendrando en ocasiones cuadros clínicos de mal pronóstico.

De a dónde pueden llegar los males del prejuicio, constituye valiosa ejemplaridad un cliente mío, ya curado, que, acosado por terribles pesadillas, se calificó a sí mismo de neurasténico con anemia cerebral, y estimando que en casos tales lo mejor es alimentarse bien, comenzó a atracarse, con cuya desatinada conducta logró sólo intensificar la tortura de sus noches.

Conclusiones

Cenar poco y no acostarse «con el bocado en la boca» representa regla importantísima siempre, singularmente en cuanto entró la madurez.

Si se padecen pesadillas, el consejo recámase de transcendencia.

En un tanto por ciento considerable de ocasiones no tardan en sentirse los benéficos efectos.

 

Dr. César Juarros

 

Transcripción original

La lucha contra la pesadilla