¿Qué tipos de demencia existen y cuáles son sus factores de riesgo?
Al hablar de demencia, es común pensar que se trata de una enfermedad específica. Sin embargo, la demencia es un término general que engloba distintos trastornos que provocan un deterioro progresivo de funciones mentales como la memoria, el lenguaje, la atención o la capacidad para tomar decisiones.
Existen varios tipos de demencia que, aunque comparten ciertos síntomas, pueden tener causas diferentes y afectar al cerebro de distintas formas. En este artículo te contamos cuáles son los principales, qué factores de riesgo se asocian a su aparición.
Conviene aclarar que la demencia no es una consecuencia natural del envejecimiento, aunque su frecuencia aumenta con la edad. A diferencia de los pequeños olvidos que pueden aparecer con el paso del tiempo, se trata de un deterioro más profundo que afecta la autonomía y las actividades del día a día.
ÍNDICE
¿Cuántos tipos de demencia existen?
Según la Sociedad Española de Neurología, os tipos de demencia se clasifican en tres grandes grupos según su origen: primarias, secundarias y mixtas. Esta división permite comprender mejor su desarrollo y facilita una evaluación más precisa por parte del personal médico:
- Demencias primarias: Son las más comunes. Se deben a enfermedades neurodegenerativas que dañan directamente las células del cerebro.
- Demencias secundarias: Aparecen como consecuencia de otras condiciones médicas, como infecciones, traumatismos, tumores, alteraciones hormonales o deficiencias nutricionales.
- Demencias mixtas: Combinan más de un tipo de daño cerebral. La más frecuente es la que asocia enfermedad de Alzheimer con demencia vascular.
Demencias degenerativas primarias
Las demencias degenerativas primarias son aquellas en las que el deterioro cognitivo es causado por el daño y la degeneración progresiva de las células cerebrales. Estos tipos de demencia afectan áreas específicas del cerebro y son las formas más comunes de demencia.
Enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente de demencia, representando aproximadamente el 60-70% de los casos. Esta enfermedad neurodegenerativa se caracteriza por la acumulación de proteínas anormales (placas de beta-amiloide y ovillos de tau) que dañan las células cerebrales y sus conexiones.
Los síntomas típicos incluyen pérdida de memoria, dificultades en el lenguaje, problemas para reconocer rostros o lugares familiares, y cambios en la personalidad y el comportamiento. Aunque los síntomas son graduales, el deterioro cognitivo es irreversible y empeora con el tiempo.
Factores de riesgo:
- Edad avanzada.
- Historia familiar de Alzheimer.
- Alteraciones genéticas (como la presencia del gen APOE ε4).
Demencia con cuerpos de Lewy
La demencia con cuerpos de Lewy es una forma de demencia que se caracteriza por la presencia de cuerpos de Lewy, que son depósitos anormales de proteínas en las células cerebrales. Estos cuerpos alteran el funcionamiento normal del cerebro y afectan tanto las funciones cognitivas como las motoras.
Los síntomas incluyen fluctuaciones en la atención, alucinaciones visuales, trastornos del sueño y rigidez muscular. Esta demencia a menudo se confunde con el Parkinson debido a los síntomas motores similares, como los temblores y la lentitud de movimiento.
Factores de riesgo:
- Edad avanzada.
- Historia familiar de enfermedades neurodegenerativas.
Demencia frontotemporal
La demencia frontotemporal (DFT) es un trastorno que afecta principalmente los lóbulos frontal y temporal del cerebro, áreas responsables del comportamiento, la toma de decisiones y el control de las emociones. Se trata de un tipo de demencia que afecta a personas en edad temprana, generalmente a menores de 65 años.
Los síntomas iniciales suelen incluir cambios en la personalidad, el comportamiento inapropiado en situaciones sociales y dificultades en el lenguaje. A diferencia de la enfermedad de Alzheimer, la memoria suele estar relativamente intacta en las etapas iniciales de la DFT, lo que hace que la condición sea difícil de diagnosticar al principio.
Factores de riesgo:
- Antecedentes familiares de demencia frontotemporal.
- Presentar mutaciones genéticas en los genes MAPT, GRN o C9orf72.
Enfermedad de Parkinson con demencia
La enfermedad de Parkinson es conocida principalmente por sus síntomas motores, como temblores, rigidez y lentitud de movimiento. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, puede desarrollarse demencia en muchos pacientes. Esta forma de demencia, conocida como demencia asociada al Parkinson, se caracteriza por dificultades cognitivas similares a las de la enfermedad de Alzheimer, incluyendo problemas de memoria, atención y resolución de problemas.
La demencia en la enfermedad de Parkinson tiende a aparecer más tarde en el curso de la enfermedad, a medida que los síntomas motores se vuelven más graves.
Factores de riesgo:
- Edad avanzada.
- Historial de la enfermedad de Parkinson.
Enfermedad de Huntington
La enfermedad de Huntington es una enfermedad neurodegenerativa hereditaria que causa movimientos involuntarios (corea), junto con deterioro cognitivo y cambios en el comportamiento. Los pacientes suelen desarrollar la enfermedad entre los 30 y 50 años, y a medida que progresa, pueden experimentar demencia severa.
Esta enfermedad es causada por una mutación genética en el gen HTT, que produce una proteína defectuosa que daña las células cerebrales.
Factores de riesgo:
- Historia familiar (es hereditaria).
- Presencia de la mutación genética en el gen HTT.
Demencias secundarias
Las demencias secundarias tienen su origen en otras enfermedades o condiciones médicas. En algunos casos, pueden ser tratables o incluso reversibles si se identifica y aborda la causa a tiempo.
Demencia vascular
La demencia vascular es el segundo tipo más común de demencia, después de la enfermedad de Alzheimer. Este tipo de demencia es causado por una interrupción en el suministro de sangre al cerebro, lo que daña las células cerebrales. Puede ocurrir debido a varios factores, como un accidente cerebrovascular o problemas crónicos con los vasos sanguíneos que impiden una circulación adecuada.
Factores de riesgo:
- Accidentes cerebrovasculares: un derrame cerebral, o un infarto cerebral, que corta temporalmente el suministro de sangre a una parte del cerebro.
- Enfermedades vasculares crónicas: pueden dañar los vasos sanguíneos y hacer que el flujo sanguíneo sea menos eficiente.
El daño cerebral producido por estos problemas vasculares puede resultar en la pérdida de funciones cognitivas y otras habilidades, provocando el desarrollo de demencia.
Demencia asociada al VIH
El VIH puede afectar al cerebro de manera significativa, provocando lo que se conoce como neurocognición asociada al VIH. Esta condición es común en personas que han tenido el virus durante un largo período y que no han recibido tratamiento adecuado.
La demencia asociada al VIH afecta áreas del cerebro involucradas en el control motor, la memoria y el comportamiento.
El tratamiento antirretroviral ha mejorado significativamente la calidad de vida de los pacientes, aunque algunos pueden continuar experimentando problemas cognitivos a largo plazo.
Demencia mixta
La demencia mixta es un tipo de trastorno neurodegenerativo que combina dos o más formas de demencia, siendo más común la presencia simultánea de enfermedad de Alzheimer y demencia vascular.
Esta combinación provoca un deterioro progresivo del cerebro, con afectación tanto cortical como subcortical, lo que da lugar a una amplia variedad de síntomas cognitivos, conductuales y emocionales.
Entre los signos más comunes se encuentran la pérdida de memoria, la dificultad para comunicarse, la desorientación, cambios en el comportamiento, apatía, ansiedad o impulsividad. A medida que avanza, la persona puede pasar de necesitar apoyo puntual a requerir ayuda total en las actividades diarias.
Factores de riesgo:
- Tener edad avanzada.
- Sufrir hipertensión arterial.
- Presentar antecedentes familiares de demencia o enfermedades cerebrovasculares.
- Padecer diabetes mellitus.
Prevención y manejo de los diferentes tipos de demencia
La prevención de los diferentes tipos de demencia se basa principalmente en modificar los factores de riesgo y adoptar hábitos saludables que favorezcan la salud cerebral a lo largo de la vida. Aunque no todos los factores de riesgo son controlables, muchos de ellos pueden reducirse significativamente mediante cambios en el estilo de vida.
Estilo de vida saludable | Alimentación saludable: Dietas como la Mediterránea o la DASH, ricas en frutas, verduras y grasas saludables. |
Ejercicio físico regular: Actividad moderada a intensa (caminar, nadar, bailar) para mejorar la circulación sanguínea y proteger el cerebro. | |
Evitar el tabaquismo: Fumar aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y demencia vascular. | |
Estimulación mental | Actividades como leer, resolver crucigramas, aprender nuevas habilidades o idiomas, que ayudan a mantener el cerebro activo. |
Control de factores de riesgo | – Control de enfermedades crónicas: Mantener bajo control la hipertensión, diabetes y colesterol alto para reducir el riesgo de demencia vascular. |
Manejo del estrés: Técnicas como la meditación o el mindfulness para reducir el estrés crónico y proteger el cerebro. | |
Intervenciones psicosociales | Terapia cognitiva, entrenamiento en habilidades sociales y orientación a cuidadores para mejorar la calidad de vida del paciente y la adaptación emocional. |
Cuidado a largo plazo | Apoyo en la vida diaria en hogares, centros de día o instituciones especializadas a medida que la demencia progresa, asegurando atención médica y emocional adecuada. |
Si has notado una disminución en tus capacidades cognitivas o en las de algún familiar mayor, te recomendamos acudir a un médico para descartar posibles tipos de demencia, enfermedades o problemas de salud.
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