Las señales de apendicitis en un niño

Las señales de apendicitis en un niño

La extremada cautela de los padres a la hora de llevar a su hijo al hospital durante la crisis sanitaria que estamos viviendo debido al COVID-19, puede producir que no se detecten a tiempo determinadas patologías, como puede ser el caso de una apendicitis.

Durante la pandemia se ha aumentado el número de niños que llegan a urgencias con una apendicitis en estado avanzado, lo cual incrementa el riesgo de sufrir complicaciones y de requerir una cirugía más compleja.

Para ayudar a diagnosticar esta enfermedad a tiempo, en el post de esta semana te contamos cuáles son las señales que alertan de una apendicitis en un niño, síntomas que en ocasiones se pueden confundir fácilmente con los de una gastroenteritis.

Causas de la apendicitis

La apendicitis se origina cuando el apéndice, un pequeño saco adherido al intestino grueso en la parte inferior derecha del abdomen, se inflama debido a la obstrucción del apéndice o la acumulación de restos orgánicos del propio intestino que puede desencadenar una infección y producir dolor.

Si el apéndice infectado no se extirpa, puede estallar, diseminándose las bacterias y la infección por todo el abdomen, lo que podría generar graves problemas de salud.

La apendicitis puede afectar a niños y adultos de cualquier edad, aunque no es común que se produzca en menores de dos años ni en personas mayores de 30. Es, por tanto, una patología muy frecuente en la edad pediátrica.

Los especialistas aseguran que la apendicitis puede aparecer durante todo el año, pero es en la época de primavera y verano cuando se suelen detectar más casos, debido a los cambios estacionales y a virus gastrointestinales asociados. También las alteraciones en la alimentación podrían tener que ver en el desarrollo de la apendicitis.

Síntomas de apendicitis

La apendicitis puede presentarse con los siguientes síntomas:

  • Dolor abdominal, muy localizado en el centro del abdomen, alrededor del ombligo o en la zona inferior derecha del vientre. Esta molestia puede empeorar al ejercer una presión leve en la zona, con la respiración profunda o con el movimiento.
  • Sensación de malestar.
  • Pérdida del apetito.
  • Náuseas o vómitos.
  • Fiebre no muy alta (de hasta 38ºC), aunque no es un síntoma común.
  • Si el apéndice estalla, su niño sentirá un dolor continuo e intenso en todo el abdomen.

Una señal distintiva de la apendicitis es el orden en el que aparecen los síntomas. En la apendicitis primero suele aparecer el dolor abdominal y al cabo de unas horas los vómitos mientras que una gastroenteritis causa primero vómitos y descomposición, y después dolor.

Otra señal que puede indicar apendicitis es su dolor constante que se vuelve más punzante con el movimiento, ya que el dolor abdominal de una gastroenteritis es un dolor que unas veces duele y otras no.

Diagnóstico y tratamiento de la apendicitis

El pediatra explorará el abdomen del niño para detectar signos de dolor o áreas sensibles a la presión y el tacto, y también solicitará análisis de sangre y de orina, radiografías de abdomen y tórax y un TAC de la zona abdominal.

Si la apendicitis se diagnostica en las primeras 24-48 horas, la cirugía (apendicectomía) suele ser sencilla porque el apéndice estará inflamado, pero no se habrá desarrollado una infección en el interior de la pared abdominal. El alta se dará en unas 48-72 horas.

En los casos más graves, la apendicitis puede perforarse y causar una peritonitis. La cirugía será más compleja y la recuperación más larga, el alta puede tardar entre 5 y 10 días.

 

No hay forma de prevenir la apendicitis, por lo que los padres deben estar alerta ante cualquier dolor en la zona abdominal del niño y acudir al pediatra lo antes posible si se sospecha que se puede tratar de una apendicitis.

 

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