Reduce el estrés con la meditación
Dedicar tan solo 10-15 minutos de nuestro día a la meditación es un hábito muy saludable que te aportará un gran bienestar en tu vida.
Como cualquier otro hábito, adquirir la costumbre de practicar meditación requiere constancia y dedicación, pero si lo consigues verás como tu estrés se reduce.
Te contamos todos sus beneficios en este post para que incluyas la meditación entre tus propósitos para el Año Nuevo.
Beneficios de la meditación
Muchas personas se sienten engullidas por las innumerables responsabilidades relacionadas con el trabajo y la familia, lo cual les genera mucho estrés. Una forma de combatir esa ansiedad es a través de la meditación.
Sin embargo, los beneficios de la meditación van más allá de lo psíquico, las mejoras afectan a todos los niveles, como veremos a continuación:
- Mejora del sistema inmunitario
- Reducción de las emociones negativas y regulación del autocontrol
- Aumento de la capacidad de concentración, memoria, imaginación o creatividad
- Efecto antiinflamatorio
- Una mejor gestión del estrés
- Mayor flexibilidad
- Reducción de dolores de cabeza
- Mayor vitalidad y energía
- Mejor funcionamiento del sistema digestivo
- Reducción de la presión arterial
- Incrementa de la inteligencia emocional
Si además de meditar, sigues una alimentación saludable y practicas deporte con regularidad te sentirás bien, aumentarás tu rendimiento y lograrás un equilibrio físico y mental.
Consejos para meditar
Toma nota de los siguientes consejos para aprender a realizar una meditación básica de forma adecuada:
- Concéntrate: encuentra una hora del día en la que puedas incorporar fácilmente la sesión de meditación, y un lugar tranquilo y acogedor. Pon una luz tenue y música suave para ayudarte a crear el ambiente adecuado y concentrarte mejor. Con los ojos abiertos, elige un punto enfrente y deja ahí la mirada, mientras poco a poco todas las distracciones van desapareciendo.
- Posición cómoda: siéntate en el suelo con la espalda recta, pero sin tensiones, respirando hondo y manteniendo los hombros y brazos relajados. Apoya las manos en las rodillas, estira un poco la nuca recogiendo el mentón y cierra los ojos.
- Mantén una respiración relajada: esta técnica implica respiración profunda y uniforme, usando el músculo diafragma para expandir los pulmones. La finalidad es que la respiración sea más lenta, recibir más oxígeno y reducir el uso de los músculos de los hombros, el cuello y la parte superior del pecho al respirar.
- Actitud abierta: permite que los pensamientos pasen por la mente sin juzgarlos, es decir, observa los pensamientos sin retenerlos. A continuación, crea pensamientos e imágenes positivas de ti mismo, visualízalos y mantenlos durante unos minutos.
Si eres principiante, seguir una guía grabada puede ayudarte. Cuando hayas interiorizado y aprendido las indicaciones podrás prescindir del audio para evitar que sea un obstáculo en tu práctica.
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