qué es un ictus y cómo detectarlo

QUÉ ES UN ICTUS Y CÓMO DETECTARLO

El próximo 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, una enfermedad que afecta a 130.000 personas al año en España y que provoca la muerte de los que la sufren en un 30% de los casos, según datos de la Federación Española de Ictus. Para tratar de prevenirlo es importante que sepamos exactamente qué es un ictus y cómo detectarlo.

¿Qué es un ictus?

Un ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, es una enfermedad que afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro. Se produce cuando uno de estos vasos se rompe o queda obstruido, impidiendo que el cerebro reciba el flujo sanguíneo necesario y provocando la muerte de sus células nerviosas. Existen dos tipos de ictus:

  • Ictus isquémicos: son causados por un coágulo que obstruye el flujo de sangre hacia una parte del cerebro. Aproximadamente el 85% de los ictus son de este tipo y se pueden producir por trombosis cerebral (un coágulo de sangre en la pared de una arteria), embolia cerebral (un coágulo formado fuera del cerebro pero que llega hasta él a través del sistema circulatorio) o por un descenso de la presión sanguínea, en cuyo caso hablamos de ictus hemodinámico.
  • Ictus hemorrágicos: son mucho menos frecuentes (un 15% de los casos), pero mucho más mortales, y se deben a una hemorragia originada por la rotura de un vaso cerebral.

Factores de riesgo

Aunque la mayoría de las personas que sufren un ictus suelen ser mayores de 60 años, también puede afectar a los jóvenes. Existen diferentes factores de riesgo que pueden terminar provocando la enfermedad y que debemos intentar controlar:

  • Hipertensión arterial: aproximadamente un 70% de los ictus se producen por tener una tensión elevada, lo que convierte a la hipertensión en el principal factor de riesgo.
  • Colesterol: cuando tenemos el colesterol muy alto (por encima de los 240 mg/dl), éste acaba obstruyendo las arterias, lo que dificulta la circulación de la sangre y multiplica las posibilidades de sufrir un ictus.
  • Fibrilación auricular: las arritmias cardíacas no controladas son responsables del 20% de los ictus y multiplican por 5 el riesgo de sufrirlo.
  • Diabetes: las personas diabéticas tienen mayores posibilidades de tener un ictus que el resto, ya que se trata de una enfermedad que daña las arterias.
  • Obesidad y sedentarismo: suelen ir asociados a la hipertensión arterial, al aumento del colesterol y a la diabetes, por lo que son dos factores a tener en cuenta.
  • Tabaco: reduce el colesterol “bueno” y favorece el aumento de la tensión arterial, por lo que un fumador tiene el doble de posibilidades de sufrir un ictus que un no fumador.
  • Alcohol: un consumo excesivo de alcohol (más de 60 gramos al día) también contribuye a que suba la tensión arterial, además de provocar otros graves problemas para la salud.
  • Fármacos y drogas: algunos medicamentos, como los anticonceptivos, pueden favorecer que se produzca un ictus. En el caso de drogas estimulantes, como la cocaína, el aumento del riesgo es de un 7%.

¿Cómo detectar un ictus?

Detectar el ictus a tiempo y acudir al hospital lo más rápidamente posible es fundamental para poder superarlo. Para ello, es necesario que estemos atentos a los siguientes síntomas:

  • Dificultad para articular las palabras y conseguir que los demás nos entiendan.
  • Pérdida de movilidad o de sensibilidad en una mitad de nuestro cuerpo, ya sea en la cara, en el brazo o en la pierna.
  • Dolor repentino y muy intenso de cabeza sin que se conozca la causa.
  • Pérdida de visión repentina en uno de los ojos o en ambos.
  • Sensación de vértigo, inestabilidad y confusión.

Si detectas alguno de ellos en alguna persona de tu alrededor o en ti mismo, llama al servicio de emergencias para recibir atención médica lo antes posible. Las primeras tres horas desde el inicio de los síntomas son claves para que el paciente pueda recuperarse y para evitar las posibles secuelas.