¿Qué es el herpes zóster?
El herpes zóster es una infección viral que causa una erupción dolorosa. En determinados casos, el tratamiento precoz puede ayudar a acortar la infección y disminuir la posibilidad de complicaciones. Te contamos más sobre el herpes zóster a continuación.
ÍNDICE
¿Qué es el virus del herpes zóster?
El herpes zóster es una enfermedad producida por el mismo virus responsable de la varicela. Se trata de una infección normalmente benigna, que se suele resolver de forma espontánea en una o dos semanas, pero en algunas personas puede dejar secuelas, como, por ejemplo, un dolor crónico en la zona afectada, denominada neuralgia postherpética.
Tras pasar la varicela, este virus se queda adormecido durante décadas en el interior de los ganglios de las raíces nerviosas, pudiendo reaparecer en la piel en determinadas situaciones, dando lugar a una infección localizada denominada herpes zóster. Esto puede ocurrir debido a:
- Una bajada de las defensas
- Otra infección
- Un cáncer
- Un trasplante
- Algún tratamiento que reduzca las defensas
- Pacientes afectados de SIDA
- Situaciones de debilidad y cansancio
Lo normal es que el primer contacto con el virus se tenga en la infancia, manifestándose clínicamente como una varicela, como hemos comentado.
Por otra parte, la mayoría de los herpes zóster aparecen en personas mayores de 60 años.
Para padecerlo es necesario haber estado previamente en contacto con el virus y haber pasado la varicela.
¿El herpes zóster es contagioso?
Sí, a través del herpes zoster se puede contagiar un niño o un adulto, por lo que se debe evitar que otras personas entren con contacto con esas lesiones en la piel, especialmente si son inmunosuprimidos o mujeres embarazadas.
Este virus deja de ser contagioso cuando todas las lesiones se secan y aparecen las costras.
Síntomas del herpes zóster
Entre los síntomas más habituales del herpes zóster se encuentran:
- Sensación de picor o dolor.
- Enrojecimiento de la piel en la zona afectada.
- Sensación de quemazón.
Al cabo de 7 a 10 días las lesiones se secan, formando unas costras pardo-amarillentas que se eliminan, dejando en algunos casos una cicatriz.
El herpes zoster produce lesiones idénticas a las de la varicela, localizándose en una franja que se extiende desde la espalda hasta la parte anterior del tórax. Puede también aparecer a nivel lumbar, extendiéndose hasta el abdomen o por las extremidades.
Sin embargo, el herpes ocular presenta un pronóstico peor respecto al resto, por la posibilidad de evolucionar a ceguera.
No obstante, lo más peculiar es que las lesiones se limitan a un único lado del cuerpo, derecho o izquierdo, sin atravesar nunca hacia el otro lado.
Tratamiento del herpes zóster
El tratamiento del herpes zoster se realiza con fármacos antivirales, cremas antibióticas y analgésicos, pero normalmente no es necesario tratarlo, porque se resuelve espontáneamente en una semana aproximadamente.
Para quienes sí que está recomendado el tratamiento es para los pacientes inmunosuprimidos, por el riesgo de diseminación del virus a otros órganos, y para los mayores de 50 años, para disminuir la posibilidad de desarrollar una neuralgia postherpética.
Para que este tratamiento sea eficaz debe iniciarse de forma inmediata tras el diagnóstico de la enfermedad.
¿El herpes zóster se puede prevenir?
La vacuna frente a la varicela, incluida en el calendario vacunal, también protege frente al herpes zóster. Esta vacuna puede ser administrada a los adultos para prevenir la aparición de un herpes zóster o disminuir el riesgo de padecer neuralgia postherpética tras su aparición.
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