Preeclampsia en el embarazo

Preeclampsia en el embarazo

La preeclampsia es una enfermedad que puede aparecer durante la gestación y resultar grave para la madre y el bebé.

Es una de las complicaciones más frecuentes del embarazo. Esto es todo lo que debes saber sobre la preeclampsia para poder detectarla a tiempo.

¿Qué es la preeclampsia?

La preeclampsia, también conocida como toxemia del embarazo, es una complicación que pueden tener algunas gestantes (no aparece en mujeres que no están embarazadas).

Esta enfermedad se caracteriza por una alta presión arterial, retención de líquidos elevada (hinchazón de cara, manos y pies), y proteinuria (presencia de proteínas en la orina).

Normalmente, la preeclampsia aparece en la segunda mitad del embarazo, a partir de la semana 20, en mujeres cuya presión arterial había sido normal hasta ese momento. Se desconoce por qué algunas mujeres sufren esta dolencia.

Con la preeclampsia se produce un bloqueo de los vasos sanguíneos del útero encargados de aportar oxígeno al bebé y otros nutrientes necesarios para su crecimiento, lo cual puede provocar que el recién nacido tenga bajo peso o un crecimiento intrauterino retardado.

Si esta afección se detecta a tiempo y se trata no suele ocasionar problemas graves. En caso contrario se disparan los riesgos de complicaciones, incluso mortales, para la madre y el bebé.

La mayoría de los casos, las mujeres con preeclampsia, dan a luz bebés sanos, porque es una enfermedad que se detecta temprano siempre que la gestación esté bien controlada

Factores de riesgo de la preeclampsia

Aunque las causas permanecen aún sin aclarar, el grupo de factores de riesgo que pueden predisponer a la preeclampsia es amplio:

  • Antecedentes: Los antecedentes personales o familiares de preeclampsia (si lo ha padecido tu madre o tu hermana), aumentan el riesgo de sufrirlo.
  • Primer embarazo: Si eres gestante primeriza el riesgo es mayor.
  • Padecer, de forma previa al embarazo, hipertensión arterial crónica, migrañas, diabetes tipo 1 o 2, enfermedades renales, tendencia a la formación de coágulos o lupus, aumenta el riesgo.
  • Embarazo múltiple: La preeclampsia es más frecuente en las embarazadas de gemelos, mellizos, trillizos u otros embarazos múltiples.
  • Edad. El riesgo es mayor para las embarazadas muy jóvenes (adolescentes), así como para las que tienen más de 40 años.
  • Nueva paternidad. Cambiar de pareja en un nuevo embarazo aumenta el riesgo de padecer preeclampsia, más que un segundo o tercer embarazo con la misma pareja.
  • Raza. Las mujeres negras tienen un mayor riesgo que las de otras razas.
  • Obesidad.
  • Fertilización in vitro.
  • Intervalo entre embarazos. Tener bebés con menos de dos años o más de 10 años de diferencia conduce a un mayor riesgo de preeclampsia.
  • Haber padecido preeclampsia en embarazos previos.
  • Ser fumadora.

Síntomas de preeclampsia

En algunos casos, la preeclampsia no provoca síntomas. La presión arterial alta puede desarrollarse lentamente, pero suele tener una aparición repentina. En cada visita al ginecólogo o la matrona se tomará la tensión arterial para controlarla.

Asimismo, pueden aparecer otros síntomas que indican preeclampsia:

  • Dolores intensos de cabeza.
  • Exceso de proteínas en la orina u otros signos de problemas renales.
  • Hinchazón excesiva de manos, pies o cara.
  • Cambios en la vista: pérdida temporal de la vista, visión borrosa o sensibilidad a la luz.
  • Dolor abdominal en la parte superior.
  • Sensación de somnolencia.
  • Náuseas o vómitos.
  • Menor producción de orina.
  • Niveles más bajos de plaquetas en sangre.
  • Falta de aire.
  • Convulsiones (este sería el síntoma más grave).

Tratamiento de la preeclampsia

En casos extremos, se recomienda el nacimiento del bebé, aunque deban afrontarse los riesgos de un nacimiento prematuro. Si se diagnostica preeclampsia leve a una mujer en su semana de embarazo 37 o posterior, lo normal es inducir el parto. Si los médicos creen que el bebé aún no está en condiciones de soportar el parto, se realizaría una cesárea.

En caso de que aparezca antes de la semana 37, se tendrá en cuenta el grado de severidad. Si es leve, se recomendará reposo para la madre, con controles diarios de la tensión y la proteinuria. Si es más grave, se recomendará ingreso hospitalario y medicación (fármacos antihipertensivos).

¿Se puede prevenir la preeclampsia?

No existen tratamientos preventivos totalmente eficaces en la actualidad, pero sí hay algunos exámenes predictivos que pueden sugerir la posibilidad de desarrollar preeclampsia.

Si una mujer presentara un alto riesgo de padecer preeclampsia se tomarían medidas preventivas, como un exhaustivo control del peso, recomendar una alimentación sana y rica en calcio, recetar pequeñas dosis de ácido acetilsalicílico u otros fármacos.

 

 

Sin embargo, no es necesario alarmarse. Es suficiente con acudir a los controles ginecológicos rutinarios para poder actuar a tiempo. Los riesgos de que una preclampsia complique el embarazo de forma grave son realmente muy bajos.

 

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