Pólenes y alergias. “La Polinosis”

Pólenes y alergias. “La Polinosis”

Con motivo del 100º aniversario de Seguros Afemefa difundiremos un artículo histórico semanal, publicado en la revista oficial de la Asociación Ferroviaria Médico-Farmacéutica, para rememorar nuestros inicios con todos vosotros.

 

Esta semana os dejamos un artículo escrito por el alergólogo Manuel J. de Barrio, publicado en la revista VIDA FERROVIARIA, en el ofrece una serie de nociones de interés para los alérgicos al polen, cuyo objetivo es mejorar su calidad de vida.

PÓLENES Y ALERGIAS. “LA POLINOSIS”

La incidencia de las enfermedades alérgicas ha aumentado considerablemente, hecho atribuido a la contaminación ambiental. Sin embargo, además de la polución atmosférica, la contaminación del medioambiente interior (doméstico, etc.) fundamentalmente la derivada de la exposición al humo del tabaco, parece estar contribuyendo también, en gran medida, al incremento de la frecuencia de estas enfermedades.

La alergia puede considerarse, en cierto modo, como un trastorno del sistema defensivo (o inmunitario) del organismo opuesto a la inmunodeficiencia. En la alergia el organismo se defiende de manera exagerada y desproporcionada, frente a sustancias que lejos de resultar nocivas para la población normal pueden, en algunos casos, ser beneficiosas (alimentos, por ejemplo). Las reacciones alérgicas pueden desencadenarse frente a multitud de agentes diferentes que penetran en el organismo por distintas vías. La alergia al polen o polinosis representa la enfermedad alérgica más frecuente.

QUÉ SON LOS PÓLENES

Los pólenes son estructuras reproductoras masculinas de las plantas o árboles con flores, y sirven para transportar las células sexuales masculinas (espermatozoides) hasta las femeninas (óvulos), que permanecen en plantas distintas, para unirse a ellas y fecundarlas para la formación del fruto. La mayoría de los pólenes de importancia alergénica son transportados por el viento (polinización y anemófila). En las plantas con flores de colores llamativos y perfume agradable (rosales, hortensias, etc.) la transferencia de polen la llevan a cabo los insectos (polinización entomófila) y, por esta razón, no suelen tener importancia alergológica.

Para que un polen tenga trascendencia alergénica, la planta que lo produce debe ser abundante en el medio y el polen de pequeño tamaño y poco peso para que pueda ser transportado fácilmente por el viento. La brisa puede transportar polen a varios kilómetros de distancia y producir concentraciones elevadas en zonas urbanas y origen.

No todas las especies vegetales polinizan en la misma estación (primavera), la época de polinización depende, además de la especie vegetal y de factores geográficos, de variables climáticas como la insolación, la temperatura a la humedad. Durante el periodo de polinización las concentraciones atmosféricas de pólenes aumentan al incrementarse la temperatura (días secos y soleados) y disminuyen con la lluvia o el frío.

El polen de gramíneas por su distribución prácticamente universal y por su alta alergenicidad, es el más importante y constituye la causa principal de polinosis. La familia de las gramíneas comprende multitud de especies herbáceas y pertenecen a ellas muchas de las hierbas de los prados y los cereales, que son gramíneas cultivadas. Entre los árboles, los más importantes como causa de polinosis son, en función de la localización geográfico, el olivo, el plátano, las cupresáceas (arizónica, etc.); la época de politización suele ser, salvo la del olivo, más precoz (principios de primavera o incluso invierno, como sucede con la arizónica). Por último, las malezas (parietaria, llanten, cenizo, etc.) suelen prolongar su polinización hasta el verano-otoño.

LA POLINOSIS: EN QUÉ CONSISTE, CÓMO SE MANIFESTA Y CUÁL ES SU MANEJO

Los pólenes cuando penetran en el organismo pueden desencadenar, en las personas con predisposición hereditaria, una respuesta definitiva anormal (alérgica) liberándose una serie de sustancias que provocan, en las mucosas de la conjuntiva ocular, nasal y bronquial, inflamación, fenómeno responsable de los síntomas de conjuntivitis (picor, lagrimeo, enrojecimiento), rinitis (picor, estornudas, mucosidad taponamiento) y asma bronquial alérgica (tos, ahogo, pitos) característicos de la polinosis.

La enfermedad suele comenzar en la infancia o adolescencia, pero puede hacerlo a cualquier edad y tiende, en general, a persistir indefinidamente, aunque con el paso del tiempo puede experimentarse una lenta remisión de los síntomas. La polinosis se manifiesta habitualmente durante la primavera y comienzos del verano.

La polinosis se diagnóstica, como cualquier otra enfermedad, mediante una cuidadosa historia clínica. Para la confirmación diagnóstica suelen bastar las conocidas pruebas alérgicas y sólo excepcionalmente se precisan otros métodos diagnósticos más complejos. Las pruebas alérgicas (que pueden realizarse a cualquier edad y en todas las épocas del año) constituyen un método sencillo y fiable para el diagnóstico de la polinosis.

La información que proporcionan las pruebas permiten al alergólogo establecer el diagnóstico causal de la enfermedad (qué plantas provocan la alergia en cada paciente) lo que hace posible individualizar el tratamiento. Así, se podrá establecer, en los casos que se considere necesario, la composición exacta de la “vacuna” que debe administrarse cada paciente, y podrán ponerse en práctica los consejos preventivos o profilácticos para evitar en lo posible, o minimizar, la exposición al polen.

Además de estas medidas, para el tratamiento farmacológico de la polinosis se dispone de dos tipos de medicamentos: sintomáticos (antihistamínicos y broncodilatadores) y antiinflamatorios (cromonas y corticoides). No obstante, la prevención constituye, como en cualquier enfermedad, un aspecto esencial del tratamiento; por ello el paciente debe conocer las normas para evitar o reducir la exposición polínica que se exponen en la Tabla 1.

La educación sanitaria está adquiriendo cada vez más importancia en el tratamiento de numerosas enfermedades. Esperamos, con estas nociones sobre alergia al polen, haber contribuido a un mejor conocimiento del problema lo que, de ser así, indudablemente redundará en un mejor manejo de la enfermedad y en una mayor calidad de vida para el paciente.

 

Por el DR. MANUEL J. DE BARRIO

Normas para reducir la exposición al polen

  • En primavera evitar estancias en el campo o zonas con abundante vegetación, permaneciendo, todo el tiempo posible, en locales bien cerrados (preferiblemente en entornos con aire acondicionado), fundamentalmente durante los días de mayores concentraciones de pólenes (días ventosos). Dormir con las ventanas cerradas.
  • Disminuir las actividades al aire libre durante las 5-10 de la mañana (emisión de pólenes) y 7-10 de la tarde (descenso del polen desde lo alto de la atmósfera, al enfriarse al aire).
  • Mantener cerradas las ventanillas del coche cuando se viaje. No se debe, en esta época desplazarse en motocicleta.
  • Se recomienda emplear gafas de sol al salir a la calle, la instalación de filtros en el aire acondicionado o entradas de aire resulta útil para evitar la introducción de pólenes en el coche y el hogar.
  • Evitar cortar el césped y el contacto directo de la piel con el césped ya que, al estar formado por gramíneas, pue de desencadenarse picor o ronchas en la piel.
  • Estos consejos deben seguirse sólo durante los meses en que polinizan las plantas a las que se sea alérgico:

-Cupresáceas (Arizónica), durante enero-marzo

-Plátano, en marzo-abril

-Gramíneas y/o olivo, durante mayo-junio

-Chenopodiáceas (chenopodio, salsola) y otras malezas, en julio-septiembre

-Parietaria, durante marzo-septiembre

Se puede obtener información sobre el recuento atmosférico de pólenes, en los diferentes medios locales de comunicación o por Internet.

Para la mayoría de los pacientes concentraciones inferiores a 10 granos/m³ son bajas, entre 10 y 50 moderadas y por encima de 50 altas. Sin embargo, conviene conocer el umbral de reactividad particular de cada uno (lo que para algunos resulta bajo, para otros es alto).

  • Cumplir el tratamiento prescrito por el médico.

 

Transcripción original