enfermedades ginecológicas más comunes

Enfermedades ginecológicas más comunes

Cuando hablamos de enfermedad ginecológica nos referimos a aquellas patologías que afectan únicamente al aparato reproductor femenino.

La mayoría de las mujeres sufren algún tipo de dolencia ginecológica a lo largo de su vida. Este tipo de enfermedades resultan comunes y es de vital importancia tomar conciencia y acudir a una revisión ginecológica, al menos, una vez al año para detectar de manera precoz cualquier patología y posibles complicaciones.

Cómo reconocer posibles problemas ginecológicos

En etapas previas a la menopausia cualquier alteración tanto del sangrado como de la secreción vaginal pueden ser síntoma de algún tipo de patología ginecológica. Estos síntomas pueden ser el indicador de infecciones leves o enfermedades de trasmisión sexual con un tratamiento simple. Sin embargo, de no tratarse adecuadamente pueden derivar en problemas graves como la infertilidad, cáncer del tracto reproductivo o daños renales.

Los síntomas ginecológicos pueden confundirse con los síntomas de otro tipo de enfermedades, por lo que consultar a un profesional para un diagnóstico preciso es de vital importancia.

Alguno de los síntomas más comunes relacionados con patologías ginecológicas son los siguientes:

  • Sangrado entre períodos.
  • Aumento o disminución del flujo vaginal.
  • Sangrado vaginal anormal, particularmente durante o después del coito.
  • Secreción vaginal con un color anormal y un olor desagradable.
  • Dolor o molestias durante el coito.
  • Necesidad de orinar frecuentemente y de manera urgente.
  • Sensación de ardor al orinar.
  • Dolor o presión en la pelvis. Esta clase de dolor es diferente de los calambres menstruales.
  • Hinchazón abdominal persistente.
  • Picazón, ardor, hinchazón, enrojecimiento o dolor en el área vaginal.
  • Llagas o bultos en la zona genital.

Enfermedades ginecológicas más frecuentes

Existen multitud de enfermedades ginecológicas que pueden afectar a las mujeres a lo largo de su vida. A continuación, encontrarás una lista de las más comunes.

Quistes en los ovarios

Los quistes pueden producirse en muchos órganos del cuerpo, aunque en las mujeres uno de los más frecuentes es el ovario.

Los quistes ováricos son sacos llenos de líquido que se forman en un ovario o bien en su superficie. Por lo general, este tipo de quistes producen leves o inexistentes molestias y puede llegar a desaparecer por sí solo, sin ningún tipo de tratamiento. Sin embargo, en ocasiones los quistes ováricos pueden retorcerse y/o abrirse, provocando síntomas graves como dolor pélvico y abdominal intenso, fiebre, vómitos y signos de choque como piel fría y húmeda, respiración agitada o aturdimiento.

Cuando el quiste en el ovario es de gran tamaño, pueden presentarse los siguientes síntomas:

  • Dolor abdominal que puede desaparecer y reaparecer. Es posible que sientas un dolor sordo o punzante en la zona bajo el ombligo, en uno de los lados.
  • Sensación de saciedad, presión o pesadez en el estómago (abdomen).
  • Hinchazón abdominal.

El riesgo de padecer un quiste ovárico es mayor cuando se tienes problemas hormonales, se está embarazada, se sufre de otras enfermedades ginecológicas como la endometriosis, se sufre una infección pélvica grave o se han sufrido quistes ováricos previos.

Tratamiento de los quistes de ovario

El tratamiento para los quistes de ovario dependerá de la edad del paciente, su sintomatología y el tipo y tamaño del quiste. En función de estas variables el profesional ginecológico podrá recomendar cualquiera de estas tres actuaciones:

  • Mantenerse a la espera de observación: los quistes en los ovarios generalmente desaparecen por si solos, por lo que es frecuente que, si no tienes síntomas, tu medico mande repetir la ecografía pélvica en unos meses y hacer un seguimiento para comprobar su estado.
  • Tratamiento farmacológico: al estar los quistes relacionados con problemas hormonales la receta de anticonceptivos hormonales que provocan la no ovulación podría evitar que desarrolles quistes en los ovarios. Ha de tenerse en cuenta que este tratamiento es preventivo, pues no reduce el tamaño de los quistes.
  • Cirugía: si el tamaño del quiste es grande, o este continúa creciendo o provoca dolor, el ginecólogo puede sugerir extirpar el quiste. La cirugía puede ser cistectomía (no hay necesidad de extirpar el ovario) o ooforectomía (se debe extirpar el quiste con el ovario).

Endometriosis

La endometriosis es un problema común entre las mujeres. Recibe su nombre de la palabra endometrio (tejido que se localiza en el interior del útero) ya que ocurre cuando las células del revestimiento de la matriz (útero) crecen en otras zonas del cuerpo.

La endometriosis puede causar dolor, sangrado abundante, sangrado entre periodos y problemas para quedar embarazada. No se sabe con exactitud cuál es la causa de la endometriosis, pero los siguientes factores incrementan el riesgo de padecer esta enfermedad:

  • Tener un familiar directo con endometriosis.
  • Tener el primer periodo a una edad temprana, generalmente antes de los 11 años.
  • No tener hijos ni haber estado embarazada.
  • Tener periodos frecuentes con una duración larga (7 días o más).

Tratamiento de la endometriosis

Según la edad, la gravedad de los síntomas y el deseo de tener hijos del paciente, los ginecólogos pueden optar por estos tres tratamientos:

  • Tratamiento analgésico: el tratamiento con fármacos anestésicos esta recomendados para aquellos pacientes que tengan síntomas leves. Esta clase de fármacos ayudarán a mejorar los cólicos y el dolor provocados por la endometriosis.
  • Tratamiento hormonal: la terapia hormonal puede hacer que no empeore la endometriosis. Este tipo de tratamientos no están indicados para aquellas mujeres que estén intentando quedarse embarazadas, ya que lo más general es tratar la endometriosis con píldoras anticonceptivas o medicamentos agonistas de gonadotropina, que provocan un estado similar a la menopausia.
  • Cirugía: si los síntomas del paciente son graves y no remiten con otro tipo de tratamiento, el ginecólogo puede optar por recomendar diferentes cirugías: laparoscopia, laparotomía o la histerectomía.

Dismenorrea

La dismenorrea es el dolor intenso en la zona pélvica y abdominal que se presenta antes o durante el periodo. Su principal característica es provocar un dolor parecido a un retortijón, pero de más intensidad. También puede provocar náuseas, vómitos o mareos que persisten 24 horas y puede estar relacionada con un exceso de producción de prostaglandinas.

Existen dos tipos de dismenorrea:

  • Primaria: no existe una patología ginecológica responsable del dolor. La causa más frecuente de este tipo de dismenorrea es un desajuste hormonal. Los síntomas suelen desaparecer pasadas 24 horas, generalmente después del primer día de la menstruación y suele darse en mujeres con edades comprendidas entre los 17 y 25 años.
  • Secundaria: existe una patología ginecológica responsable del dolor. Las causas de esta patología son otras patologías, como a endometriosis, los miomas uterinos, los quistes de ovario. Los síntomas pueden perdurar durante todo el periodo y aparece principalmente en mujeres mayores de 30 años que han pasado por un embarazo.

Tratamiento de la dismenorrea

El tratamiento varía en función de la edad, sintomatología y tipo de dismenorrea:

  • Tratamiento dismenorrea primaria: Si el dolor no es agudo y desaparece en las primeras 24 horas del periodo, los síntomas pueden aliviarse con fármacos antiinflamatorios o con tratamiento hormonal anticonceptivo. También es recomendable realizar ejercicio de forma habitual, y realizar cambios en la dieta o hábitos de vida.
  • Tratamiento dismenorrea secundaria: si la sintomatología es prolongada en el tiempo se recomienda acudir al especialista para detectar la patología que está causando la dismenorrea y llevar a cabo el tratamiento adecuado, pudiendo ser farmacológico, hormonal o cirugía.

Síndrome del ovario poliquístico (SOP)

Esta síndrome está provocado por unos niveles muy altos de andrógenos y su causa está asociada a los cambios en los niveles hormonales. Estos cambios dificultan a los ovarios la liberación de óvulos, lo que en ocasiones puede producir que el ovario afectado pueda estar ligeramente agrandado.

Los principales síntomas del SOP son los siguientes:

  • Irregularidades menstruales.
  • Problemas de la piel, como acné y aumento de vello.
  • Aumento de pequeños quistes en los ovarios.
  • Desarrollar resistencia a la insulina, con mayor riesgo de desarrollar diabetes.
  • Infertilidad.

Tratamiento del SOP

Según los síntomas y las necesidades de los pacientes, los especialistas pueden recomendar los siguientes tratamientos:

  • Cambios en el estilo de vida: si tienes problemas de sobre peso u obesidad bajar de peso ayudará a mejorar esta afección. El médico puede recomendarte seguir una dieta específica combinada con ejercicio moderado para reducir el sobre peso. Esto también mejora la eficacia de otros medicamentos para tratar el SOP y mejora la fertilidad.
  • Terapia hormonal: para regular el ciclo menstrual el ginecólogo puede recomendar las píldoras anticonceptivas o la terapia con progestina. Al regular los niveles de hormonas, se reduce el riesgo de cáncer de endometrio y se corrige el sangrado anormal, el crecimiento excesivo de vello y el acné.
  • Tratamiento farmacológico que ayuda a ovular: existen fármacos que ayudan a ovular ayudando a tratar el SOP. Es posible que te recomienden medicamentos como el Clomifeno, la Metformina o el Letrozol.

Virus de papiloma humano (VPH)

Se trata de una infección viral que generalmente causa síntomas leves como crecimientos en la piel o membranas mucosas. Existen más de 100 variedades del virus del papiloma humano, y aunque lo más común es que causen verrugas, hay virus que pueden llegar a causar problemas de salud graves, como el cáncer de la zona genital.

La infección ocurre en el momento en el que el virus entra al cuerpo, generalmente a través de un corte, abrasión o desgarro. O bien a través de relaciones sexuales sin protección.

Los síntomas más comunes del virus del papiloma humano son los siguientes:

  • Verrugas genitales: lesiones planas, pequeños bultos con forma de coliflor o pequeñas protuberancias en forma de tallo que aparecen en los órganos sexuales o cerca de ellos. Pueden aparecer en la boca o el inicio de la garganta si la relación sexual ha sido oral.
  • Verrugas comunes: bultos ásperos y elevados que se generan comúnmente en manos y dedos.
  • Verrugas plantares: bultos duros y granulosos que comúnmente aparecen en los talones o en la parte delantera de la planta de los pies.
  • Verrugas planas: lesiones planas y ligeramente elevadas que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.

Tratamiento del VPH

Actualmente no existe tratamiento para el virus del papiloma humano, ahí radica la importancia de la vacunación preventiva.

En el caso de que el virus haya desarrollado verrugas, el médico puede recomendar medicamentos para ayudar a eliminarlas. Algunos ejemplos son: ácido salicílico, Imiquimod, Podofilox o ácido tricloroacético.

En el caso de que esta clase de medicamentos no surja efecto, o si se detecta cualquier lesión precancerosa, es posible que el médico recomiende alguno de estos métodos:

  • Crioterapia: congelar la verruga con nitrógeno líquido.
  • Electrocauterización: quemar la verruga con corriente eléctrica.
  • Eliminación quirúrgica.
  • Cirugía láser.

 

Si detectas cualquier anomalía en tu periodo o identificas alguno de los síntomas expuestos, debe ser un ginecólogo quien te confirme el diagnóstico de la enfermedad ginecológica y te recomiende el tratamiento más adecuado para ti.

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