EL SÍNDROME DEL CORAZÓN ROTO: ¿EXISTE?
Es frecuente escuchar a una persona que ha sufrido un desengaño amoroso decir que le han roto el corazón. La mayoría de las veces esto no es más que una forma de expresar el disgusto que le causa dicha situación, aunque en algunos casos puede llegar a encerrar algo de cierto. Y es que, cuando sufrimos un disgusto o recibimos una mala noticia, nuestro corazón se puede debilitar y sufrir lo que se conoce como el síndrome del corazón roto.
¿Qué es el síndrome del corazón roto?
El síndrome del corazón roto es un tipo de cardiomiopatía que presenta síntomas muy parecidos a los de un infarto de miocardio, como dolor en el pecho y dificultad para respirar, pero que no suele tener consecuencias graves. Se produce cuando nos enfrentamos a un nivel de estrés emocional muy alto al recibir una mala noticia, como puede ser la muerte de un ser querido o la ruptura con una pareja.
En este tipo de situaciones nuestro cuerpo segrega adrenalina y otro tipo de hormonas que provocan una contracción del corazón, que adquiere una forma similar a la de una vasija. De hecho, el síndrome del corazón roto también se conoce como miocardiopatía de Takotsubo, en referencia a una vasija utilizada antiguamente en Japón para pescar pulpos.
Las hormonas que se liberan durante una situación de estrés como la descrita están diseñadas para ayudarnos a escapar de nuestros depredadores y provocan respuestas en nuestro cuerpo como el aumento de la presión arterial, el aumento de la frecuencia respiratoria, la sudoración o la dilatación de las pupilas. Sin embargo, cuando estas sustancias son liberadas en dosis muy elevadas pueden dañar el músculo cardíaco de manera transitoria, de ahí que los síntomas sean similares a los de un infarto a pesar de que las arterias no estén dañadas.
¿Quiénes tienen más riesgo de sufrirlo?
La mayoría de los casos registrados de síndrome del corazón roto corresponde a mujeres post-menopáusicas con pocos factores de riesgo cardiovascular y que han sufrido recientemente un episodio de gran estrés. Afortunadamente, casi todas las personas que lo sufren se recuperan en apenas unas semanas, aunque en un pequeño porcentaje de casos pueden producirse complicaciones.
Aunque la mejor forma de prevenir esta dolencia es evitar que nos den disgustos (algo que no está en nuestras manos), recuerda que llevar una alimentación equilibrada y realizar ejercicio a diario nos ayudará a tener un corazón sano. Si tienes cualquier duda acera de la salud de tu corazón te recomendamos que visites al cardiólogo para que pueda evaluar tu situación.