Cómo afecta la alergia al polen a lo largo de la vida

Cómo afecta la alergia al polen a lo largo de la vida

Si eres alérgic@ al polen seguro que alguna vez te has preguntado si los síntomas se irán reduciendo con la edad o si por el contrario podrían aumentar.  En el post de esta semana resolvemos esta y otras dudas de interés para aquellas personas con alergia en primavera.

¿Los síntomas de la alergia al polen van cambiando con la edad?

Según afirman expertos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), la historia natural de las alergias por pólenes no suele modificarse por la edad, pero sí que se verá influenciada por las modificaciones en la exposición ambiental o por cambios geográficos. Es decir, los síntomas  dependerán de los niveles de pólenes que se producen en la atmósfera, que serán diferentes de un año a otro, influenciados sobre todo por factores climatológicos como la lluvia, humedad, temperatura y viento.

Por otra parte, los síntomas suelen ser parecidos tanto en niños como en adultos.

Hasta  el momento, la inmunoterapia (las vacunas alergénicas) es el único tratamiento que puede disminuir la intensidad de la sintomatología, mejorando la calidad de vida del paciente e incluso llegando a solucionar definitivamente la alergia.

¿Cada vez hay más personas alérgicas?

La prevalencia de las alergias por pólenes en la actualidad es de un 30% en la población adulta y de un 20% en la población por debajo de los 15 años. Sin embargo, en ambos grupos de edad han aumentado las alergias por pólenes en los últimos tiempos.

Al igual que hace años era raro encontrar a niños menores de 5 años con alergia a pólenes, con los pacientes mayores de 65 años ocurría lo mismo. Antes se pensaba que el sistema inmunológico responsable del mecanismo fisiopatológico de las alergias con la edad perdía actividad y, como consecuencia, disminuían las enfermedades alérgicas en personas mayores. Pero, ahora se están detectando personas más de 65 años con, por ejemplo, alergia a los cipreses en los meses de invierno, que no habían presentado síntomas nunca.

Causas del aumento de la alergia al polen

Lo cierto es que las enfermedades alérgicas por pólenes en las ciudades son cada vez más frecuentes, independientemente de la edad, debido al cambio climático y a la contaminación.

Las partículas emitidas durante la combustión de los motores diésel y de las calefacciones afectan a las plantas y estas se protegen de la contaminación modificando su fisiología y produciendo nuevas proteínas, que se localizan en el interior de los pólenes, haciéndolos más agresivos.

Además, el aumento del dióxido de carbono (CO2), favorece el desarrollo de las plantas por estimular la fotosíntesis y ocasiona un aumento de la producción de pólenes.

Asimismo, el incremento de la temperatura produce un adelanto de la floración y, como consecuencia un aumento del periodo de exposición a los pólenes. Esto acompañado del aumento de pólenes y la presencia de nuevas proteínas en ellos, podría provocar que 1 de cada 4 españoles sea alérgico al polen en el 2030.

¿Cuáles son las mascarillas más recomendables para los alérgicos?

Desde hace más de 30 años se utilizan las mascarillas para evitar la exposición al polen y frenar los síntomas de la alergia. Sin embargo, las personas alérgicas siempre han sido reacias a ponerlas por miedo a que se fijaran en ellas. Pero, esta situación ha cambiado con la pandemia del COVID-19, ya que ahora las mascarillas son obligatorias para toda la población. No obstante, hay que saber que no cualquier mascarilla es eficaz para los alérgicos.

En primer lugar, se deben descartar las mascarillas higiénicas porque no hay seguridad de que protejan de los pólenes, y las quirúrgicas porque no bloquean a todos los pólenes alergénicos al no ajustarse adecuadamente a la cara, por lo que los dejan pasar por los bordes hasta la nariz y la boca.

La mejor opción para los alérgicos son, por tanto, las mascarillas FFP, que bloquean el polen con sus microfibras de polipropileno y sellan cualquier resquicio, gracias a su pinza nasal y su forma ergonómica. Usar una mascarilla FFP1, que atrapa un 80% de las partículas de más de 0,3 micras, es suficiente para reducir la exposición, aunque las FFP2 y las FFP3 son más eficaces, ya que filtran el 92% y el 98%, respectivamente.

Consejos para frenar los síntomas de la alergia

Además de la utilización de las mascarillas, se debe también tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Consultar los niveles de polen, a través de aplicaciones o webs avaladas como la de de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.
  • Cerrar las ventanas de la casa y ventilar la vivienda solo durante las primeras horas del día o por la noche.
  • No tender la ropa en el exterior los días de más viento porque recogerá mucho polen.
  • Evitar las salidas al campo y las actividades al aire libre en días de alta polinización.
  • Ducharse y cambiar de ropa al llegar a casa para retirar el polen que podamos llevar en el cabello o en las prendas de vestir.
  • Viajar con las ventanillas del coche subidas y usar filtro anti-polen en el vehículo.

 

Desde AFEMEFA te aconsejamos que consultes a tu médico alergólogo sobre cualquier duda relacionada con este tema.

 

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