Beneficios de las aguas mineromedicinales

Griegos, romanos y árabes convirtieron las termas en un elemento fundamental en la búsqueda de la salud y el bienestar, gracias a las propiedades sanadoras de las aguas mineromedicinales, unos beneficios que han llegado hasta nuestros días. En este post te contamos más sobre ellos.

¿Qué son las Aguas Mineromedicinales?

Las aguas mineromedicinales son aquellas que surgen del suelo y contienen elementos minerales que les proporcionan determinadas propiedades terapéuticas, muy beneficiosas para el organismo al beberlas, inhalarlas o aplicarlas sobre la piel. Están reconocidas de forma oficial con el título de Aguas declaradas de Utilidad Pública.

Dependiendo de su composición tienen unos u otros efectos para la salud, como veremos más adelante.

Estas aguas se pueden encontrar en los balnearios, establecimientos que, además, disponen de servicio médico que prescribe los tratamientos e instalaciones adecuadas para aplicar los tratamientos prescritos.

A ellos acuden tanto personas sanas como aquellas que sufren problemas:

Cardiovasculares: piernas cansadas, varices, hinchazón de piernas, cardiopatías o hipertensión.
Respiratorios: rinitis, sinusitis, otitis, laringitis, faringitis, asma, bronquitis crónica o EPOC.
Psicosomáticos: ansiedad, estrés, depresión o fobias.
Inflamatorios y degenerativos: artritis, reumatismos, artrosis, fibromialgia, u osteoporosis.
Neurológicos: Párkinson, migrañas o Alzheimer.
Reumatológicos: dolores de espalda, contracturas musculares, preparación y recuperación de deportistas en competiciones, recuperación tras accidentes y/o cirugías.
Dermatológicos: acné, dermatitis o eccemas.

Las aguas mineromedicinales y sus beneficios para la salud

Los minerales y temperatura de las aguas mineromedicinales producen reacciones químicas, biológicas y relajantes en nuestro cuerpo, gracias a sus propiedades analgésicas, antinflamatorias, diuréticas, antisépticas, antibactericidas, depurativas y sedantes. Por tanto, estas aguas pueden prevenir enfermedades o paliar las ya existentes.

Según su composición pueden tener los siguientes efectos:

Sulfuradas: actúan sobre la piel, el aparato respiratorio y locomotor.
Sódicas son estimulantes.
Radiactivas: tienen efecto analgésico.
Ferruginosas: favorecen la regeneración de la sangre y mejoran los casos de anemia.
Bicarbonatadas: son aconsejables para problemas del aparato digestivo.
Carbónicas: estimulan el apetito y favorecen el buen funcionamiento del aparato circulatorio.
Sulfatadas: tienen efecto laxante y diurético.

Así pues, entre los beneficios más importantes de las aguas mineromedicinales podemos destacar:

Mejora de problemas de la piel, tales como dermatitis atópica, psoriasis o lupus.
Combate de forma eficaz el estrés, la ansiedad y la depresión.
Tiene efectos antiinflamatorios y sedantes, necesarios para aliviar los síntomas de la artritis, la artrosis, las lumbalgias, las migrañas o el reuma.
Acción depuradora que elimina toxinas a través de la sudoración.
Estimula el sistema inmunológico, aumentando las defensas.
Sus efectos diuréticos facilitan los tratamientos de adelgazamiento

Asimismo, ingerir agua mineromedicinal también tiene beneficios para la salud, ya que debido a su mineralización media y oligometálica se puede tomar como agua de mesa, y contribuye a: